Las exportaciones de oro de origen ilegal cerrarían el año en US$12,000 millones, una cifra casi equivalente al valor del oro formal y que revela la magnitud del problema, advirtió el Instituto Peruano de Economía (IPE). Según el organismo, el 44 % del oro ilegal que sale de Sudamérica proviene del Perú, lo que evidencia el peso del país en un comercio ilícito que no solo evade impuestos millonarios, sino que, además, distorsiona la actividad productiva y afecta la competitividad nacional. En un seminario virtual del IPE, especialistas coincidieron en que la minería ilegal se ha industrializado y amenaza con igualar a la minería formal en valor exportado.
Asimismo, el instituto alertó sobre la rápida expansión de empresas vinculadas a la comercialización del oro, cuyo crecimiento contrasta con la caída de productores formales. A ello se suman vacíos regulatorios en países de destino y modalidades para camuflar el mineral ilegal, como el incremento de exportaciones de oro concentrado, que en 2024 sumó US$880 millones. La complejidad del fenómeno evidencia que el problema ya trasciende las fronteras nacionales y se inscribe en redes globales de lavado. En ese contexto, Víctor Fuentes, del IPE, advirtió: “La minería ilegal ya no es un problema artesanal, es una industria criminal altamente organizada”.
En paralelo, expertos internacionales señalaron que este avance genera efectos económicos, ambientales y políticos, desde la pérdida de ingresos fiscales hasta la penetración criminal en estructuras estatales. Además, la reducción de presupuesto para la formalización minera y los controles limitados en comercializadoras dificultan frenar la expansión del oro ilícito. Por ello, el IPE planteó cerrar definitivamente el Reinfo, reforzar la trazabilidad, fortalecer la inteligencia financiera y coordinar esfuerzos internacionales. De no hacerlo, el impacto económico sería mayor y debilitaría sectores productivos estratégicos para el país.
Fuente e imagen: Andina
