
Dos de las más reconocidas minas ubicadas en Cajamarca, Yanacocha y Cerro Corona, dejarán de producir antes del 2030, lo que representa la pérdida del 68% de su producción aurífera. Hay que tener en cuenta que existen megaproyectos mineros que permanecen paralizados y que podrían cambiar la historia de la región.
Conga, Galeno, Michiquillay y La Granja, son los proyectos que podrían situar a Cajamarca como el líder en producción y la convertirían en el primer productor de cobre del país. Estos proyectos tendrían la capacidad de elevar significativamente el canon minero de los actuales S/228 millones a más de S/2.200 millones anuales.
Cajamarca concentra la mayor tajada de la cartera de inversión minera del Perú con US$16.714 millones (el 26% del total), distribuidos en ocho proyectos de cobre y oro, de los cuales cinco están postergados por temas sociales, ambientales y corporativos. Estos son Conga, Galeno, La Granja, Michiquillay y Yanacocha Sulfuros.
Con ellos, Cajamarca produciría cerca de 900 mil toneladas de cobre anuales, superando incluso a regiones consolidadas como Áncash y Arequipa. Sin embargo, la realidad actual es diametralmente opuesta: la región apenas produce el 0,85% del cobre del país y ha cedido su liderazgo en oro a La Libertad.
Hoy, Cajamarca es la región más pobre del Perú y una de las menos competitivas a pesar de su extraordinario potencial minero, el más grande del país. Hasta la paralización de Conga, en 2011, Cajamarca producía 55 toneladas de oro anuales. Esto es, la mitad de su producción del 2005 (103 toneladas).
Desde entonces la situación de la región ha empeorado, llegando a producir en la actualidad 20 toneladas de oro al año, 85% menos que en 2005. Como consecuencia, Cajamarca ha cedido su preeminencia como primer productor aurífero del Perú en favor de La Libertad (y del ubérrimo distrito de Pataz).